He vuelto

He buscado, contraído, la versatilidad de mi derrota, y he sentido el placer de desaprender. Ahora vuelvo, con el calor de un claro mensaje.

Naturaleza

Vuelan susurrantes melodías de paz y libertad por las montañas del norte, descansan en ellas similares leyendas helénicas, el sonido entre huecos de silencios comentan la suerte de las piedras preciosas que buscan los exploradores. Aún no sé si los exploradores buscan piedras o se buscan a sí mismo, o si las piedras complacen tal regalo desde su primitiva consciencia. Abarcando las formas mas subjetivas de las plantas y de las rocas se puede afirmar que, como nosotros, cada una posee su propia apariencia, ninguna es igual a otra. A cada una la reviste una singular hermosura desde sus monstruosas formas. Habremos de suponer que poseen consciencia individual de su existencia. Inclusive los paisajes que nunca son iguales, inclusive las imágenes que contienen en sí mismo el poder de excitarnos.
Caminando entre peñascos de tierra herida por el tiempo, metamorfoseándose en cada segundo, descubro las maravillas de las que somos inconscientes asesinos. Quienes han cuidado de tales reinos han sido destruidos o corroídos por la cultura extrema de la civilización, encima se sonrojan al pensar en un pequeño espacio cedido a la naturaleza, como si ella nos lo pidiera de rodillas y nosotros los comparecientes se los diéramos. De esta manera vil nuestro pensamiento está en paz por la riqueza de tal regalo. ¿Quien no ha sentido el viento en el rostro? ¿Quien no ha pisado descalzo el húmedo suelo que nos contiene? Como podemos creer que el progreso de nuestro reino se solidifica en la conquista de la naturaleza, cuando de hecho sólo creamos una rebelión contra nuestra madre. La condición humana se parece a los niños de ahora, utilizan la tecnología tan prematuramente que desconocen la riqueza de observar un sol naciente. Luego como si fuera poco se rebelan contra su madre quien les ha dado y los mantiene con vida. En verdad cualquier teoría es en vano, ya que, expresamos todo con semejante madurez disfrazada cuando en realidad aún no dejamos de necesitar quien nos ate los cordones de nuestras zapatillas. Entiendo que quienes poseen el hilo de las marionetas no dejarán que un principiante se encargue de la obra entera. No me preocupa esto. Lo importante es que los hombres del futuro no caigan en el error de estos hombres del pasado. Si queremos cambiar los modelos debemos romper las líneas. Muchos hombres que nacen, lo hacen con la misma concepción moral, entonces muchos jóvenes siguen una línea, -de la cual desconocen sus principios- y se nutren como si esta fuera la única. Otra verdad es que solo somos grandes reparadores. Nos especializamos en llenar de parches una rueda que pierde aire por la boquilla. Nada arreglamos, sólo agregamos mas verduras a una sopa podrida, creyendo ser creadores de una nueva receta de cocina. Para romper esquemas es necesario destruirlos. Pero ¿Cómo vamos a destruir algo que nos ha llevado tanto tiempo armar? ¡Pero si estamos distribuidos en fuerzas!, somos tantos jóvenes hambrientos y son tantos viejos golosos, estamos claramente ordenados en un gran desorden. Parece jodidamente difícil comer cuando nuestros estómagos están llenos. Llenos de información burda. Ya no importa vivir, lo que importa es sobrevivir. Yo miro mis manos y reconozco la sangre de un pequeño insecto que acabo de destruir. Permanezco inmutable. Pasa lo mismo con aquellos señores que poseen todo su cuerpo ensangrentado con sangre que no es suya. Se contentan con ser más fuertes que todos esos a quienes destruyen. Las divisiones son obvias. Todo se sigue dividiendo. Un número puede ser dividido infinitamente. Lo que destruye la teoría del eterno regreso. Volveremos, a mi no me quedan dudas, pero a seguir viviendo una nueva oportunidad. O para seguir padeciendo nuestros errores. Creo en la justicia eterna, claro está, o al menos eso me consuela. Nada mas hermoso puede ser que la naturaleza, ser natural, como esos vinos que son extraídos de la profundidad de la tierra. Hacen falta buceadores. Que busquen las piedras preciosas que se hayan en el fondo de los mares, de las tierras, en el fondo del aire y del fuego. Dentro nuestro. Si no existieran científicos estaríamos perdidos. Pues a los sabios ya nadie los conoce. Ya nadie los escucha. Me he hartado de escribir sobre las salas morales, esas que todos conocen, pero que nadie visita. Lo blanco de sus paredes se tiñe con la oscuridad de quienes las pintan. Hemos de ser regidos por la moral universal. ¿Pero hemos de conocerla? La anarquía es solo una palabra. Pero su contenido no puede ser expresado en palabras. De ahí el valor de las palabras de Nietzsche, el valor de la palabra del superhombre no puede ser medido en palabras. Siempre vuelvo a lo mismo, porque es lo mismo lo que quiero expresar. El eterno regreso entonces es una analogía de lo que deseamos realmente. Volvemos a desear lo mismo desde nuestros más profundos deseos. Quizá a eso se refería. Idealismo puro. Lejos de la impura realidad que nos azota.
La naturaleza debe enseñarnos la manera correcta de actuar, si la naturaleza nos destruye es porque debemos destruir algo de nuestros mecanismos. Cuando reina la armonía nuestras acciones son correctas.
Habremos de conocer el naturalismo de Lao Tsé, y el humanismo de Confucio, para crear la manera natural de nuestros códigos humanos. Temo que sea tarde.
La corrección de nuestros errores es fundamental para la creación de nuevas formas naturales, solo la práctica paulatina y perseverante puede otorgarnos la naturaleza de tales acciones, si continuamos creciendo con las líneas de conocimiento habituales seguiremos siendo como esos viejos golosos que a pesar de llenarse en cada bocado nunca saborean lo que comen porque siempre piensan en lo que habrán de cenar.
Sobre política no es necesario hablar. La política no necesita palabras, necesita acciones. Un ejemplo claro… nadie considera la política verdadera, pero todos idean acerca de ella. Se han llenado la boca hablando de política, se han llenado los bolsillos hablando de política. Pero la línea de tales palabras es la misma desde hace siglos. Y la credulidad a tales palabras sigue siendo la misma desde aquellos tiempos. Una amiga me hizo abrir los ojos. Los jóvenes buscan crear sus doctrinas políticas sobre bases preexistentes, sobre mecanismos iguales en los que se rigen los modelos políticos actuales, cambiando fantasiosamente, siguiendo iconos desde las palabras pero no desde las acciones. Yo no los sigo. Pero que arroje la primera piedra quien está libre de pecados.
Así intento abrirles los ojos, quien no busca no encuentra. Quien no sigue el camino no llega a ningún lado. Yo busco ese camino con el corazón. Mostrando el eslabón que falta entre los sentimientos y los pensamientos, dejando a ustedes la libre interpretación entre lo que sobra y lo que falta. Con esto espero que la conciencia obtenga un pequeño salto y que las ideas bajen del cielo y comiencen a rascar la cáscara de la sutileza. Lo anhelo con toda mi alma. Quizá ayuden al resto, quizá me ayuden a crear aquello con lo que podamos sentirnos orgullosos, tal vez formemos juntos el espacio para la naturaleza, sin miedo a destruir eso que hemos formado, con la convicción de todo lo que podemos crear. Porque todos sabemos lo que dicho. Hace falta practicarlo, desde ahora.


G. F. Degraaff