He vuelto

He buscado, contraído, la versatilidad de mi derrota, y he sentido el placer de desaprender. Ahora vuelvo, con el calor de un claro mensaje.

Río

Vuelo, porque volar es mi naturaleza. Creo, porque creer nace de mi centro. Y rompo lo antiguo para ceder paso a lo nuevo. Destruyo las cadenas de todas las conquistas para que mi alma sea libre y para que mi corazón camine por los rincones no descubiertos de mi templo. Ensayo frente al espejo la mirada de mi amor. Pero por mas que intente no doy con la gota de sudor que brota al mirarte. Todo parece nuevo cuando la transformación es inminente. Y compadezco a quienes perdidos caminan entre el cielo y la tierra. Estallo por dentro, con las manos en grulla, buscando sentirme por dentro. El camino es difícil, es arduo, es para dedicarle constancia y sacrificio. Es para los valientes. Para los enamorados. Es para recorrerlo y no escaparse con algunas lágrimas superfluas que esconden la sonrisa iracunda de un cielo de oro. He conocido a quién por dinero entrega hasta su amor propio. He conocido a quien busca ser amado sin amar. Y los compadezco. Todos quieren poseer en su recuerdo, pero el recuerdo es lo primero que se pierde con la muerte. Igual que el dinero. Pobres almas. Me senté a su lado una noche de alcohol, me embarré en sus desdichas y las hice propias. Pero eso no me pertenece. Son de esas almas que lloran el pasado, sin mover un pelo.
Cuando abrí los ojos una tarde en que el horizonte cortaba con tijera los rayos ámbar del sol, ese caudal de fuego casi eterno, descubrí que mas vale el sacrificio de las lágrimas de una muerte lenta, que el placer oscuro y corrosivo de una eternidad caótica. Hoy escribo para los felices. Por primera vez. Para el que cierra un tiempo de inquietud, para quien encuentra y decide un destino. Para la juventud que busca la nueva verdad, que escapa de las gredas de las mentiras de personajes sin caminos.
Si te quitaran lo mas preciado de tu vida, ¿Qué te quedaría?. Encontré en la muerte el final mas dulce de toda esmeralda. De nada sirve dedicar la vida al exterior. Vacilé, eso no es noticia, pero hay en el interior una magia que transforma, que consuela. Me voy hacia adentro con la certeza de encontrar la completitud de la vida. Sin dependencias. Aceptando sin aceptar. Gritando sin gritar. Caminando de la mano con la nueva sabiduría que me cubre. Vive por ti, muere por ti, pero ama a todo el resto como si tu vida se extinguiese en este momento.

G. F. Degraaff