He vuelto

He buscado, contraído, la versatilidad de mi derrota, y he sentido el placer de desaprender. Ahora vuelvo, con el calor de un claro mensaje.

La llave

Desde la sofisticada puerta de metal, tras la cerradura oxidada, miro la llave de un mundo paralelo... en los intrincados bordes, tallados por cerrajeros mentales, yace la magia, el poder, la felicidad y eso que la humanidad persigue... la llave rodeada por una cadena plateada, quiza de platino, quiza de plata o de acero, brilla con fulgor de mil constelaciones. De antiguas civilizaciones que desaparecieron cuando la luna se estrelló contra la tierra y las mareas cesaron, aquellas que se borraron bajo las aguas de los mares que hoy miramos. Quizá absorbidas en el aleph, ellas se llevaron la réplica que abriría desde afuera la gran y antigua puerta, de percepciones diversas, de ensueño y despertar meláncolico, que enseña el sabor del infinito... Ni mil cerrajeros podrían siquiera duplicar esa llave. Se dice que los musulmanes estuvieron cerca de armar el intrincado laberinto de los planos de esa llave. La llave nunca es igual. Siempre cambia y con ella su cerradura. También se cree que las sociedades intelectuales de la Europa contemporánea, habían dado con ella. Estudios diversos conjeturan que los Mayas obtuvieron gracias a ella, un conocimiento incomparable del Universo. Ahora bien, si la humanidad la tuviera en sus manos ¿qué haría?. El doctor Wessan Paul Rohan publicó un articulo, que cabe decir, muy interesante acerca de la posibilidad de encontrar la llave. Dijo: "...Adepto a la raza humana, debo coincidir con mi memoria. Desde tiempos lejanos en los que la escritura volvió a ser desterrada de las sombras, la humanidad no ha sabido encontrar utilidad a la fantasía. Las técnicas y el empleo de las mismas, es cierto, ha llevado al hombre hasta niveles evolutivos insospechados, hemos tomado a la inteligencia por las riendas, pero coincido con Gurdieff, estamos en un sueño. Si aún vivimos en el medio de un círculo, y la mayoría, vive en él, los límites de dicho círculo son desconocidos por muchos. Es cierto que si la llave de la puerta se encontrase en manos de un individuo que aún vive en el centro del círculo, desconociendo sus bordes, siendo completamente y nada mas que "humano", la demencia se apoderaría automáticamente de él. Imaginemos una persona con la posibilidad de pasar a través de una puerta donde todo lo que viera no coincida ni en lo mas mínimo con la razón, o con los canones actuales humanos, dicha razón estallaría como esta copa de vidrio al caer desde la cima de un edificio. No podemos imaginar que la sociedad habituada al bombardeo público de imagenes y publicidades, de rigurosa indisciplina cotidiana y a su vez rutinaria, que no rompen con los límites preestablecidos mentales, pueda otorgarle el valor y comprenda desde su esencia lo que el universo tiene para darnos en una llave..." Quisiera agregar para terminar, que vivimos explicando todo desde la razón, inclusive somos tan idiotas que buscamos explicar al corazón con la razón... Yo sigo buscando la llave, esa que quizá W. Blake conocía o al menos intuía.

G. F. Degraaff