He vuelto

He buscado, contraído, la versatilidad de mi derrota, y he sentido el placer de desaprender. Ahora vuelvo, con el calor de un claro mensaje.

Ví el agua rodéando aquella piedra, y ese ave que usaba el viento; ví como naufragaban los recuerdos mientras lloraba la mañana y aquel atardecer que regalaba silencios; ví las piedras que arrojó el tiempo cuando todo había perdido su encanto y solo mantuve un sueño; ví cuanto quedaba por caminar y no pude evitar el llanto; al fin, ví la muerte y ví mi vida, y el tiempo que sonreía mientras nos íbamos alejando; y ví la sangre, ví el agua que faltaba para regar el vientre de flores; algunos destellos de colores que imantaban mi tristeza; ví la falta de comida en la mesa y quise regalar espacio al mundo, dejándome de lado un segundo mientras el cielo caía para confundir mis lágrimas; ví como soplaba mi alma el fuego para mantenerme vivo y como me perdía en el ensueño y como dormía; ví como mis hermanos luchaban por su lugar en aquél sitio, donde la inmortalidad era el principio, mientras mis padres furiosos apuntaban a mi camino, y me ví caminando perdido, con el apoyo incondicional de la derrota; ví como lloraban algunas almas rotas por el frío de aquel vórtice que era el destino; ví como reían los demonios con desatino y como se robaban las calamidades; ví las rutas de un ocaso siniestro y ví toda la sal de los mares; ví el correr de mi vista y una paloma que cruzaba mi cabeza; un piano muerto que tocaba melodías para seres en silencio recordando elegías; ví la nostalgia y quise un final incierto, escuché la soledad y la compañía del silencio, y me dejé ir, mirándo con temor y un poco de sentimiento; ví las manchas en mis ojos antes de fundirme lejos, en los cristales en los que veía mi rostro envejecido y mi corazón desierto.