He vuelto

He buscado, contraído, la versatilidad de mi derrota, y he sentido el placer de desaprender. Ahora vuelvo, con el calor de un claro mensaje.

Sus Demonios


Es un gran honor comentarles que ha sido impreso mi primer libro titulado "Sus Demonios". Quiero agradecer a todos lo que me apoyan y acompañan en este camino y a quienes hicieron de mí esto que soy. Muchísimas gracias desde el alma.

Ví el agua rodéando aquella piedra, y ese ave que usaba el viento; ví como naufragaban los recuerdos mientras lloraba la mañana y aquel atardecer que regalaba silencios; ví las piedras que arrojó el tiempo cuando todo había perdido su encanto y solo mantuve un sueño; ví cuanto quedaba por caminar y no pude evitar el llanto; al fin, ví la muerte y ví mi vida, y el tiempo que sonreía mientras nos íbamos alejando; y ví la sangre, ví el agua que faltaba para regar el vientre de flores; algunos destellos de colores que imantaban mi tristeza; ví la falta de comida en la mesa y quise regalar espacio al mundo, dejándome de lado un segundo mientras el cielo caía para confundir mis lágrimas; ví como soplaba mi alma el fuego para mantenerme vivo y como me perdía en el ensueño y como dormía; ví como mis hermanos luchaban por su lugar en aquél sitio, donde la inmortalidad era el principio, mientras mis padres furiosos apuntaban a mi camino, y me ví caminando perdido, con el apoyo incondicional de la derrota; ví como lloraban algunas almas rotas por el frío de aquel vórtice que era el destino; ví como reían los demonios con desatino y como se robaban las calamidades; ví las rutas de un ocaso siniestro y ví toda la sal de los mares; ví el correr de mi vista y una paloma que cruzaba mi cabeza; un piano muerto que tocaba melodías para seres en silencio recordando elegías; ví la nostalgia y quise un final incierto, escuché la soledad y la compañía del silencio, y me dejé ir, mirándo con temor y un poco de sentimiento; ví las manchas en mis ojos antes de fundirme lejos, en los cristales en los que veía mi rostro envejecido y mi corazón desierto.

Allá, lejos

...Donde yace la mirada es la forma de la oscuridad de la tierra; casi en el sótano solitario de una vejez prematura; a veces se extermina con el control de lo desconocido, otras sale en busca de la marea cruel de las masas. La presencia absoluta de lo que creemos Dios es la propia raíz de donde nace nuestro mecanismo, es la extricable razón de nuestros más excéntricos actos, de soberbia extrañeza dentro de lo predecible; ahora, la piel gastada pide a gritos el soberano control de la realidad, quiere manipular lo intelegible y volverlo fuego y potencia, solamente disfruta cuando los caminos parecen cerrados o cuando nacemos de las cenizas. Tiempo de los nuevos, de los que parecen sin decir nada, son inhóspitos y comunes, casi algo que derrite la esencia pero que a la vez se vuelve arcano...