He vuelto

He buscado, contraído, la versatilidad de mi derrota, y he sentido el placer de desaprender. Ahora vuelvo, con el calor de un claro mensaje.

Ví el agua rodéando aquella piedra, y ese ave que usaba el viento; ví como naufragaban los recuerdos mientras lloraba la mañana y aquel atardecer que regalaba silencios; ví las piedras que arrojó el tiempo cuando todo había perdido su encanto y solo mantuve un sueño; ví cuanto quedaba por caminar y no pude evitar el llanto; al fin, ví la muerte y ví mi vida, y el tiempo que sonreía mientras nos íbamos alejando; y ví la sangre, ví el agua que faltaba para regar el vientre de flores; algunos destellos de colores que imantaban mi tristeza; ví la falta de comida en la mesa y quise regalar espacio al mundo, dejándome de lado un segundo mientras el cielo caía para confundir mis lágrimas; ví como soplaba mi alma el fuego para mantenerme vivo y como me perdía en el ensueño y como dormía; ví como mis hermanos luchaban por su lugar en aquél sitio, donde la inmortalidad era el principio, mientras mis padres furiosos apuntaban a mi camino, y me ví caminando perdido, con el apoyo incondicional de la derrota; ví como lloraban algunas almas rotas por el frío de aquel vórtice que era el destino; ví como reían los demonios con desatino y como se robaban las calamidades; ví las rutas de un ocaso siniestro y ví toda la sal de los mares; ví el correr de mi vista y una paloma que cruzaba mi cabeza; un piano muerto que tocaba melodías para seres en silencio recordando elegías; ví la nostalgia y quise un final incierto, escuché la soledad y la compañía del silencio, y me dejé ir, mirándo con temor y un poco de sentimiento; ví las manchas en mis ojos antes de fundirme lejos, en los cristales en los que veía mi rostro envejecido y mi corazón desierto.

7 comentarios:

María Laura dijo...

Cómo si tendrías un aleph en tus manos. Mientras van escabullendose las palabras entre los dedos, se visualizan como una catarata de visiones y sensaciones. Un abrazo.

G. F. Degraaff dijo...

María, si lo tuviera, quién sabe que me pasaría; quizá la locura se apoderaría de mí; quizá ya estoy loco y no veo que lo tengo; siempre es grato que los demás sientan bello con lo que uno escribe; al fin la vida me va enseñanado que uno no es lo que escribe ni lo que dice, sino sólo lo que hace... es un placer inmenso que pase por este sitio que suele quedarse adormecido. Un beso grande.

suequi dijo...

G.F, hola!
Te juro que leí tu reflexión y enseguida pense en el Aleph tambien porque además estoy sumergida en Borges y es fantastico cómo describe el universo al final de ese cuento, cuando mete dentro de su universomtodo lo que ve!
Tal cual dijo M. Laura, enseguida se asocia con ese cuento!
MB!
Te felicito!

suequi dijo...

G.f,
Yo también pense en el Aleph, más que estoy sumergida ahora mismo y fascinada con Borges.
Mb!!
Te felicito!
:-)

suequi dijo...

Perdón, creo que repetí el comentario, no me di cuenta que ya había salido... Sorry...
;-)

G. F. Degraaff dijo...

Gracias Sequi... es como si la literatura borgiana se posase en nuestra sangre y escupe rastros... uno no puede evitar tomar colores que ya han sido descubiertos, lo interesante es formar otros nuevos con esos que ya tenemos. Un abrazo grande y que bueno ue siga visitando este sitio...

suequi dijo...

Tal cual! Yo sé que así es y que además si no leemos a los grandes, perdemos de conocer el UNIVERSO!

Yo justo estoy haciendo un cirso sobre Borges y su filosofía!
:-)