Dedos Silenciosos: Sus Demonios

Sus Demonios

Es un gran honor comentarles que ha sido impreso mi primer libro titulado "Sus Demonios". Quiero agradecer a todos lo que me apoyan y acompañan en este camino y a quienes hicieron de mí esto que soy. Muchísimas gracias desde el alma.

4 comentarios:

Sil dijo...: Felicitaciones! que bueno. La mejor para vos.; 8 de noviembre de 2011, 2:10 p.m.
G. F. Degraaff dijo...: Gracias Sil!! estás invitada a la presentación el 19/11. Los detalles del lugar y la hora están acá: http://www.facebook.com/home.php#!/event.php?eid=165403266882834 Un abrazo enorme.; 8 de noviembre de 2011, 7:03 p.m.
Gustavo D´Orazio dijo...: Estoy leyendo el libro. Un gusto compartir la velada cultural en La Casita. Abrazo cordial. Paseate por mi blog. A continuar: narrando, creando poemas...viviendo.; 24 de noviembre de 2011, 6:33 p.m.
G. F. Degraaff dijo...: Fue un placer Gustavo; una alegría inmensa conocer personas que aman la literatura como un lenguaje angelical; personas que lo llevan en la sangre como uno. Un abrazo inmenso.; 24 de noviembre de 2011, 9:35 p.m.

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Desde el tren

Renazco desde las tinieblas junto al sol,
hoy, cuando el final de mi lucha es inminente,
viaja la soledad por los laberintos de la razón,
estanca el sufrimiento el estigma de mis manos
que han llegado alto...
La raíz que brota del fondo, como las venas de mis ojos,
bifurcan la mirada hacia el horizonte,
como ríos que bajan en la lejanía...
He madurado sobre el suelo, cerca de mi árbol,
y no he caído muy lejos...
La sonrisa, ahora viaja sin boleto,
entre calesas rotas,
aquí se despide desde el andén una mano que atesora,
y yo, no miraré hacia atrás en mi camino...

Como las notas de una melodía que empujan las olas de un río

Vi una vez en el recuerdo de un ave, la variedad de los colores del viento, la música de la naturaleza silente, el verdadero sentido del pensamiento.
Vi como las campanas eran absorbidas en súbitos momentos, y la piel brillaba con la luz de la luna. En esos tiempos deliciosos rompía el destino, las alas del bosque volvían a ver las estrellas.
Quisiera decir la verdad que no se entiende en palabras, como miradas que jamás se cruzan, como las nubes que tapan los picos helados de la turquesa mañana de un agonizante verano.
¡Brillaban los ojos del domo!, que se veían a sí mismos como en un espejo, se contemplaban en la quietud, esa necesaria para hacerlo.
Y el príncipe había partido, y el poeta dijo su anteúltima palabra antes de callar, y ahora solo quedan algunos príncipes, y ahora solo quedan algunos poetas.
Las sirenas despertaron mi sueño, el objeto gigante que no se conocía, tan gigante para nuestros ojos, tan pequeño para los suyos. No quise mirarlo, podía ser arrastrado como por un río de luz, y me disponía a regresar, con vendavales en mi espalda, y la lanza de mil luchas más, hasta el final, el mío.
¿En donde encontraré las flores de mi lugar de ensueño, y las espinas de mis pies gastados? En el silencio, casi al lado del alma solitaria que se acoge en mi cuerpo.
¡Oh! ¡Cuantas veces mi silencio me ha destrozado! He callado sin poder entender las voces que me embestían como las notas de una melodía que empujan las olas de un río.

Sobre el cordón montañoso de América del Sur
una piedra, un texto:
...La humanidad deberá tener conocimiento de la unidad compleja del cosmos,
deberán aprender a mirarse los unos a los otros y compartir el espacio que poseen,
si esto no es posible en determinado tiempo humano de evolución, el universo lo hará posible a su tiempo,
estas generaciónes sufrirán de acuerdo con su grado de apego a sus propias comodidades,
deberán despojarse de todo lo que los vuelve civilizados,
su lengua, su religión, su cultura...
y volver a empezar desde cero, desde cualquier parte,
volver a construir sobre aquellas montañas, el mensaje que el universo dejó para ellos.
Solo quienes no se abriguen con el fuego de la pertenencia absurda cultural, ni se tapen con banderas,
podrán construir el nuevo mundo,
quizá incivilizado, pero bañado de verdadera conciencia...

Y miro mis manos en las glebas del infierno,
y sofoco la mirada al alejarme del paraiso,
pero ¿Donde está la primavera en que creimos?,
Sin con creer no fue suficiente,
sin con correr no fue suficiente,
¿Donde quedamos parados?
ahí, en ese filo del que hablaba,
en ese rincón donde todo es nada,
estupefacto, con mis soporiferos
en la almohada, esperando que regreses,
con una flor de nuestra vieja primavera,
con la caricia de tus manos,
mientras duermo y voy soñando,
alucinando,
hasta que despierte y tú seas,
la primer imagen del día...

Sobre deseos

Algunos orientales decian:
Alcanzaras la plenitud al suprimir tus deseos,
sin deseos no hay porque frustrarse...
Esto es cierto...
¿Pero las esperanzas?
¿No son acaso un deseo de buenaventura?
¿Que nos queda sin esperanzas?
El error, creo yo, no es desear,
sino cuanto esperamos de ello...
Sin deseos no existe el amor, la pasiòn o el arte...
Deseo vivir en plenitud, si no lo consigo me frustro,
pero hasta en la frustraciòn existe la esperanza,
sigue existiendo el deseo, no se elimina, se transforma...
Y transformàndose la humanidad avanza hacia la plenitud.

No hay momento

Escucho, primero escucho,
Y a través del sonido siento,
Disminuye la intensidad de mi razón, la de mi ego,
Y siento…
Como parece tan frágil una hoja de un viejo árbol en otoño,
Como parecen tan pequeñas las manos de un niño,
Así, asi débil es la razón que no domina cuando siento…
Ahora escribo buscando la risa del viento,
Buscando un momento libre de esta intensa materia que me rodea,
Creyendo en la libertad, busco el viento…
La corriente que empuja ríos recién está bajando de la montaña,
Pero congelado apenas si baja,
A paso firme, por el horrible temor de que llegara su fin
Alguna vez…
Entonces sigue, y baja lentamente, y espera un fin que nunca llega,
Hasta que decide empujar con mas fuerza,
Si es que alguna vez lo consigue.

La noche

En el abismo oscuro de la noche
donde la herencia humana busca el infinito,
en el momento donde la descarga
se vuelve invisible a nuestra consciencia,
donde las luces se encargan de recordarnos
que mañana habrá un nuevo día,
allí, donde nuestro espíritu quiere
quitarse las mascaras,
y nuestro anhelo de felicidad
se vuelve uno con el firmamento,
allí, en la oscuridad que antecede al día
busco el silencio entre la multitud,
allí, donde han buscado muchos poetas
componer los versos mas hermosos,
el infeliz busca a su amada,
el solitario conversa con su alma,
allí, en las penumbras que hacen falta
vivimos buscando la luz de un nuevo día...

He vuelto

Sus Demonios

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